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Osteopatía estructural

La osteopatía estructural es la parte que se ocupa del aparato músculo esquelético.

Es efectiva en:

  • Traumatismos a cualquier nivel del organismo (contracturas, esguinces de tobillo, luxaciones o subluxaciones, bursitis…etc.)
  • Disfunciones de la columna vertebral (lumbalgias, ciáticas, cervicalgias, dorsalgias, hernias discales…etc.).
  • Problemas articulares en las extremidades (gonalgias, epicondilitis, tendinitis en general…etc.).

En el caso concreto de las hernias discales contamos además con la última tecnología en flexión-distracción para el adecuado tratamiento osteopático que permite un reequilibrio biomecánico global de la columna vertebral y del segmento articular afectado por hernia discal. Favorece la disminución de la inflamación local, del dolor muscular y del nervio. Llegando incluso en un elevado porcentaje de los casos a evitar la intervención quirúrgica.

Osteopatía craneal

La osteopatía craneal trata los problemas relacionados con el cráneo y la mandíbula, con la gran importancia que estas estructuras tienen sobre el sistema nervioso central, autonómico, y sobre la postura. Sus indicaciones son:

  • Disfunciones de la articulación temporomandibular: dolor de mandíbula, mal oclusión dentaria, bruxismo, extracciones dentarias difíciles, complemento durante, antes y después de la ortodoncia.
  • En traumatismos craneales, dolor de cabeza (migrañas y cefaleas tensionales), vértigos, mareos, neuralgias del trigémino, etc.
  • Sinusitis, alergias, asma.
  • Afonías de origen muscular, disfunción de la deglución.
  • Es muy eficaz para combatir el estrés al regular el sistema ortosimpático: insomnio, ansiedad, depresión.

Osteopatía visceral

La osteopatía visceral se ocupa del tratamiento de problemas funcionales de órganos y vísceras. La indicación de las manipulaciones sobre el sistema visceral es la de liberar adherencias, secuelas de cirugías, ptosis viscerales, etc.

Estaría indicada en multitud de problemas de tipo digestivos: hernia de hiato, problemas biliares, estreñimiento, gases, gastritis, reflujo gastro-esofágico, digestiones difíciles y pesadas, estreñimiento disfuncional, normalización neurovegetativa visceral en procesos dietéticos e intolerancias alimentarias, ptosis visceral (hemorroides)… etc.).

Problemas respiratorios: espasmo del diafragma, asma, etc.

Problemas ginecológicos: dismenorreas (dolor menstruación), disfunción del suelo pélvico, como ocurre después del parto, incontinencia urinaria, ptosis visceral (prolapsos uterinos y de vejiga), etc.

Dolores referidos por problemas de vísceras que se proyectan en otras zonas.